Uvas
Las uvas son una excelente fuente
de vitamina E, un antioxidante que combate el envejecimiento y los efectos
nocivos de los radicales libres en nuestros cuerpos. El zumo es de color verde
pálido o bien rojo pálido (en función del color de la piel de la uva), con un
sabor dulce y picante debido al elevado contenido de fructosa.
Las uvas se encuentran entre las
frutas más antiguas que se cultivan. Los egipcios ya las fermentaban (y quizá
incluso antes), aunque probablemente sólo por razones religiosas y no por
motivos festivos. Son altamente nutritivas y en el siglo XIX se ideó un
tratamiento de belleza, el uvarium, en el que se aplicaban métodos para mejorar
la salud basados exclusivamente en las uvas. Las pieles de las uvas negras
contienen una sustancia llamada resveratrol, un fenol generado de forma natural
que según los científicos puede inhibir el desarrollo del cáncer en diferentes
fases, desde la iniciación del daño del ADN hasta la transformación de la
célula, en cáncer, y el desarrollo del tumor.
Un racimo de uvas perfecto
debería tener un tamaño uniforme y un color atrayente. Se conservan bien si se
guardan en la nevera, pero para preparar un zumo de uvas es necesario que la
fruta esté a temperatura ambiente, puesto que con ello se consigue que se
incremente el gusto.
Preparación
Lavar las uvas. Poner todas las
uvas en un colador y lavarlas con agua tibia hasta que todos los productos
químicos se laven.
Machaca las uvas. Usar un
machacador de papas hasta que el jugo empiece a salir.
Una alternativa de usar un
machacador de papas, es usar una licuadora. Asegurándose de no mezclarlas tanto
para que no se vuelvan puré.
Cocina las uvas. Poner las uvas
trituradas en una olla y cocínalas a fuego medio durante unos 10 minutos.
Machaca las uvas utilizando una
cuchara o un machacador de papas
Cuela el jugo.
Una alternativa a usar el
colador, es usar una gasa
Deja enfriar el jugo. Si prefiere
colócale hielo.
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